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Mostrando entradas de julio, 2016

La travesía.

Hace veinticinco años comencé un viaje por esta vida, dependiendo de cómo se mire, es un cuarto de siglo. Cuántas experiencias más me quedarán por vivenciar, sólo el tiempo dirá. Sin embargo, a veces este lapsus para quiénes llevan más tiempo transitando por esta tierra, es aún breve, pese a que en lo personal a veces he sentido que dada la intensidad, pareciesen muchos más. En los últimos cinco años se me ha vuelto tradición escribir este día algunos pensamientos o reflexiones sobre lo que he ido aprendiendo en este camino, por este peregrinar y hoy no es la excepción. La palabra más precisa que encontré para retratar esta experiencia fue como si fuese una “travesía”. Así es, ha sido una aventura inesperada donde se van tomando decisiones al andar, cada una con sus repercusiones y consecuencias, donde inclusive los errores son parte de ella y hay que saber asumirlos. Sobretodo puedo decir que he sido feliz por cada una de las personas que han formado parte de ella, muchas con la

Un llamado a la Humanización social.

  --> Los accidentes en la vida suceden cuando uno menos se lo espera. Son hechos impredecibles, que en tan sólo segundos pueden cambiar tu vida, sin embargo, pese a sus consecuencias muchas veces desastrosas, generan a su vez otras que suscitan el lado positivo de la sociedad, es en momentos de incertidumbre como éste donde la humanidad se une para afrontar los embates naturales, donde se suceden sentimientos fraternales y de ayuda mutua, puesto que el ser humano como ser social posee una cualidad inherente, que es su sentido gregario; el cual surge en circunstancias inesperadas y traumáticas, como la que vivenciamos durante estos últimos días. No obstante, no sólo sentimientos bondadosos se despiertan en nuestros corazones, ya que la histeria, la sugestión y el pánico colectivo, ocasiona hechos realmente censurables. No pocos son los que se aprovechan de la desgracia de quienes lo rodean y caen en bajezas inhumanas, delinquiendo y cometiendo estragos en la ciudadanía.

Los tormentos del escritor.

La escritura me arrebata los instantes, me cautiva lentamente Me sobrelleva a espasmos irregulares y cadencias licenciosas, premonitorias La fuerza de la palabra enclaustrada arremete mis versos Se poseen en encrucijadas verbales los abismos de la memoria Lo que fui se desvanece para ser lo que no fui y lo que quise ser Mis manos que abrazan tu silueta, recuerdan tus insinuaciones Tu cuerpo es frágil y mis besos te aprisionan en un prófugo amor Letanías menguantes de un porvenir próspero ante la soledad infinita Se conjugan como verbos de una lengua universal en un poema de clepsidras El tiempo es ese infame moribundo de promesas vanas y tormentos vacíos ¡Oh sentimientos, no me juzguéis! Solo me hallo frente a ustedes Que desnudan mis carnes y acribillan mi existencia Tristezas fueron los delirios de una vida en mentiras carcomidas ¿Qué fue de la verdad, sino vil misericordia? Infame y corrupta como esta sociedad malsana de pr

Amor invernal. (Cuento)

         Llegaste a mi vida como cae la lluvia de invierno, sin demora a su debido tiempo. Era una fría tarde que trastocaba hasta el alma, pero ahí estabas tú, impasible en el asiento de al lado del bus, aguardando a partir. Sólo atiné a sonreírte y decir que me sentaría a tu lado. Al atravesar ese breve espacio que separa dos asientos de un bus, el roce de nuestros cuerpos me produjo un espasmo electrificante, como si el universo se hubiese alineado en ese instante para que nuestras vidas y cuerpos se encontraran en ese preciso lugar. Ahí supe que no sería como cualquier viaje. Destinados como si nuestras vidas estuviesen impresas desde siglos, en esa espera constante nos encontramos como si nos hubiésemos buscado donde un viaje no premeditado nos unió. Tu silencio comunicaba palabras deseando ser pronunciadas, por ello decidí empezar la conversación, sin presiones, ni palabras pensadas, sólo deseaba escuchar tu voz y conocer más de ti. Me dijiste que viajabas a Chillán y y

Sentimientos encontrados.

Las emociones desbordan incontrolables a flor de piel, se deshacen intranquilas Las imágenes representan sensaciones y emociones encontradas Los sentimientos padecen contrariedades de amores inconclusos Las elecciones escapan a mi voluntad, la vida acompaña mis circunstancias El corazón no responde a razones que a vaivenes dictamina su sentencia universal Aguardo tus palabras, un te amo y un te quiero olvidado por los años Mis ojos prófugos del alma, te observan a la distancia, te ven en la lejanía Desean poseerte nuevamente, tenerte junto a ellos, pero tú permaneces impávido Como una estatua de mármol, pétrea en tu contemplación ¡Qué distancia nos separa! Siento y presiento un adiós silenciado Cauto y fugaz como el último suspiro de una estrella en el horizonte  infinito ¿Acaso me amas?, ¿Acaso me olvidaste?, ¿qué fue de esos instantes vividos? Lo somos todo y somos nada, eres la razón de mis días en esta pasajera existencia Rena

Amor invernal.

Llegaste a mi vida como cae la lluvia de invierno, sin demora a su debido tiempo Destinados como si nuestras vidas estuviesen impresas desde siglos En esa espera constante nos encontramos como si nos hubiésemos buscado Un viaje no premeditado nos unió, tu silencio comunicaba palabras deseando ser pronunciadas Tus labios marcaron esa melodía encantadora de quién se sabe amante Furtivos tus besos rozaron mis labios esperando correspondencia Enjuiciados nuestros actos eran aguardados por nuestros cuerpos Que a gritos clamaban poseerse, sentir la calidez de los instantes prófugos De dos amantes que se conocieron en otra tierra, en otros lugares Eran dos jóvenes almas a la espera de un amor sin límites Enamorados por los versos de esa lluvia cuyas gotas inventaban poemas Nocturnos, claroscuros, ausentes de melancolía. Todo eso fue pasado Ahora estabas tú, mis manos acariciando el ápice de tu boca Mis brazos entrelazados por toda tu h