Ir al contenido principal

Poesía noctámbula.



Hoy la noche se me presenta cautivadora, tentadora
 Una musa cuyas sinuosas curvas me llama
 Exhala deseo y me fulmina con el hálito de su mirada
 Que proclama a gritos furtivos que la posea
 Que la haga mía y que la haga suspirar como el amante al que nunca podrá olvidar
 Aquél que la poseyó, que conquistó su alma
Y
 Deliró con ella hasta la extenuación en su lecho de ámbar
 Cuyo efluvio emana fragancias aterciopeladas.

-o-

Sí, ésta es la noche perfecta,
Una noche apasionada, atiborrada de amor y un frenesí que no se le iguala
Es la noche propicia para una reflexión
Que despliega calma, tempestad
 Y
Que se impacienta anhelante a la espera de mi estocada
 Un impulso impetuoso
Que no cesará hasta que pernocte en el placer poético de una caricia
 Que le arrebate hasta el más escurridizo de los besos
 Y
Quede postrada en un rincón de mi cama.

Comentarios

  1. Wow! Libidinoso es decir poco!!!

    Me gustó, sobre todo porque me recordó un período tormentoso de mi adolescencia en el cual escribí cosas parecidas...

    ...es el animal devorando al dios que intenta gobernarlo O.o

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"La Hormiga", Marco Denevi (1969).

A lo largo de la historia nos encontramos con diversas sociedades, cada una de ellas con rasgos distintivos, de este modo distinguimos unas más tolerantes y otras más represivas. No obstante, si realizamos un mayor escrutinio, lograremos atisbar que en su conjunto poseen patrones en común, los cuales se han ido reiterando una y otra vez en una relación de causalidad cíclica, que no es más que los antecedentes y causas que culminan en acontecimientos radicales y revolucionarios para la época, los que innumerables veces marcan un hito indeleble en la historia. Lo anteriormente señalado ha sido un tema recurrente en la Literatura universal, cuyos autores debido al contexto histórico en el cual les ha tocado vivir, se han visto motivados por tales situaciones y han decidido plasmar en la retórica sus ideales liberales y visión en torno a aquella realidad que se les tornaba adversa. Un ejemplo de ello es el microrrelato “La Hormiga”, cuyo autor es Marco Denevi, del cual han surgido

Ensayo, “Los chicos del coro, una película que cambiará nuestra mirada hacia la pedagogía”.

En la película, los chicos del coro, vemos una realidad de un internado ambientado en la Francia de 1949, bajo el contexto de la posguerra. Esta institución se caracteriza por recibir a estudiantes huérfanos y con mala conducta, que han vivido situaciones complejas en términos de relaciones interpersonales, pues muchos de ellos han sido abandonados o expulsados de otras instituciones. Con el fin de reformarlos el director del internado Fond de I’ Etang (Fondo del estanque), aplica sistemas conductistas de educación, sancionadores y represores como encerrarlos en el “calabozo”, una especie de celda aislada cuando se exceden en su comportamiento. Sin embargo, la historia toma un vuelco con la llegada de Clément Mathieu, músico que se desempeña como docente y quién aplicará métodos no ortodoxos en su enseñanza los que progresivamente irán dando resultados positivos en los chicos.                 Respecto a las temáticas que se abordan en la película, por un lado resaltan los a

La taza rota.

Esa noche había llegado tipo diez, hacía un clima enrarecido, hacía frío, pero sentía calor, quizás no era el tiempo, tal vez era yo, no lo sabía, pero algo pasaba y si bien hasta cierto punto todo parecía normal o aparentaba serlo, algo había cambiado. Llámese intuición, dubitación o sospecha, en aquella casa a la que llegaba a dormir sucedía algo que había desestabilizado y quebrantado la rutina, no era sólo que mi mundo cambiase, sino que la realidad hasta cierto punto superaba la ficción, el tiempo ya no parecía correr a pasos agigantados, sino que incluso se detenía en estática parsimonia, para lo que sólo me bastó observar el reloj que se encontraba en la pared, en la esquina opuesta a la puerta de entrada a la casa y, efectivamente, las horas y minutos en aquel reloj no avanzaban, sino que las manecillas se habían paralizado de por vida, lo pensé unos instantes y no había explicación para ello, salvo que se hubiese quebrado, caído o algo por el estilo, en fin, lo consideré só